La inflación y el sueldo de un maestro por César Miguel Rondón
Héctor Rodríguez pasará a la historia de la
revolución por ser, junto a Jorge Giordani, los dos que públicamente
reconocieron la necesidad que hubiese pobres en un régimen
revolucionario. Jorge Giordani fue explícito al hacer su consideración.
Héctor Rodríguez, ahora flamante ministro de Educación, dijo: “No los
vamos a sacar la pobreza para que después se nos conviertan en
escuálidos”. Es decir, por definición este es un régimen que está en
contra del progreso. Por definición, este es un régimen que aúpa, ampara y alimenta la pobreza.
Este joven, Héctor Rodríguez, ministro de Educación, se lleva el gran titular en El Universal: “Gobierno plantea renovar el Ministerio de Educación. Hay que sacudirlo con madurez política y las cosas bien pensadas”.
Quiere, pues, un sacudón dentro del
Ministerio de Educación. El sacudón, ya lo sabemos, es algo así como un
slogan político, no es un sacudón real. ¿Y qué puede ser esto en el
marco del Ministerio de Educación? Leo la cita de Rodríguez: “Hay que
transformar el ministerio en su totalidad. Rodríguez pidió a todos los
docentes revisar su formación técnica y política”.
Aquí es donde está el detalle. Instrumento
ideologizante va a ser la educación de ahora en adelante. Cuando
Rodríguez, en esa amplitud de criterios que le caracteriza, pide revisar
la formación técnica y política, lo que está pidiendo son docentes que
militen, a pie juntillas, con el ideario comunista del régimen.
Dijo esto junto a los anuncios del nuevo año
escolar: escuelas que se reparan a última hora, y, en medio de todo, el
pomposo anuncio del incremento del salario de 15% previsto en la
convención colectiva. Y con mucho orgullo, pero también con descaro y
cinismo, Héctor Rodríguez dice: “Un docente I va a ganar ahora 5.557
bolívares”.
Dígame usted, Héctor Rodríguez, ¿alguien
puede sentir beneplácito, satisfacción al decir, estoy ganando 5.557
bolívares? ¿Qué hace un maestro? ¿Qué hace cualquier ciudadano con 5.557
bolívares?
Resulta que, al lado de esta información, el
BCV con mucho retraso publicó por fin el índice de inflación de los
últimos tres meses. “La inflación va por 39% pero en descenso”, dice Últimas Noticias. ¡Caramba, que alivio! ¿Por qué el descenso? Según el Correo del Orinoco la inflación en junio fue de 4,4, en julio 4,1 y en agosto 39,3. ¡Va en bajada! ¿Pero cuánto es la inflación anualizada? 63,4%.
Recuerdo perfectamente que a mediados del año pasado, con estupor y alarma, los economistas
que entrevistamos decían “Ojalá no llegue a 50% la inflación para el
cierre del año”. Pues bien, estamos en el segundo semestre, en el noveno
mes del año 2014 y ya al presente es 63,4%
Pero lo más grave, como informa El Nacional:
“Precios de los alimentos al borde de la hiperinflación: 91%.” Y con un
agravante, tal como lo reporta Blanca Vera Azaf, han cambiado la
metodología para el cálculo de la inflación. “EL BCV sorprendió ayer al publicar en su portal el índice nacional de precios al consumidor
con una nueva metodología que alteró las ponderaciones de los rubros
que constituían el índice tradicional, según confirmó una fuente extra
oficial. Las cifras que se ubican por debajo de las que ya se habían
dado a conocer de manera extra oficial con la metodología anterior, de
allí es que se perciba ahora ese “descenso” de los meses junio, julio y
agosto”.
Ahora bien, con todo y ese descenso la anualizada está en 63,4% muy cercana a 70% que las firmas internacionales han pronosticado para el cierre de año. Pero evidentemente esa cifra se puede rebasar.
¿Y usted, ministro Héctor Rodríguez, está contento entonces porque un maestro, un docente I, va a ganar 5.557 bolívares?
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